Me despierto en la mañana, me gustaría dormir mas, quedarme entre las sabanas de franela y no tener que salir al frío exterior nunca. Pero lo hago. Después de desayunar, acompaño a mi madre a la cuadra, pequeña, fuerte y tan bien bastante austera, en ella esperan los animales quienes no necesitan ningun esfuerzo para madrugar.
Es una mañana fria, el aire cargado de humedad comienza a oler a primavera y parece que los animales tambien lo perciben. Dentro de poco las vacas caminarán entre tiernos brotes de hierba joven fundiendose en el pasisaje. Hoy todavia es pronto.
Mi madre mesa la hacina y prepara las palás de hierba seca para las vacas mientras yo las doy agua. Es un trabajo tedioso y quizas innecesario, podrian poner algun sistema moderno, algun bebedero electrico.. pero tambien convierte todo en una estampa bucólica y a la vez satisfactoria.
A veces la vida nos esconde cosas entre el esfuerzo y el trabajo para que solo unos privilegiados sean capaces de disfrutar su encanto.
Hace un par de dias me pico el gusanillo de la maldad sana, como un niño ideando trastadas decidí poner a prueba a alguna vaca. comencé separando un poco el caldero, poniendo el asa en medio...
la picardia de la que presumia frente a ellas pronto fue superado por la capacidad de aprendizaje de estos animales. Sus trucos para acercar el caldero, para inclinarlo, pasar el asa al otro lado les dieron la Victoria a ellas, y he de decir que merecida.
Busco las palabras que me enseñan, busco los detalles y los aperos que utilizan y poco a poco me cuesta mas encontrarlos. describo mi dia ante vosotros y la sensacion que me invade es la de ser personajes de una novela de Galdos o de Menendez pelayo pero ¿sabes que? a mi me vale.
Puede ser que la vida avance que trabajemos a lo bobo, pero, puede que estemos trabajando en algo mas grande que la misma idea que el trabajo representa. Estamos continuando tradiciones y transmitiendo una de las mayores culturas, la heredada mediante la costumbre durante generaciones.
Al final de todo, la complicidad deja huella y eso no nos lo podrá quitar nadie.